EXPOSICIÓN: MEMORIA Y PORVENIR. CINCUENTA AÑOS DE LA UAM IZTAPALAPA

Con diversas fotografías y extractos de los murales de Arnold Berklin, se buscó sintetizar la intensa y larga vida de formación profesional, desarrollo académico y de investigación que a lo largo de sus primeros 50 años ha llevado a cabo la Universidad Autónoma Metropolitana.

En la exposición Memoria y Porvenir. Cincuenta años de la UAM Iztapalapa, que se presentó en la Galería de Arte Iztapalapa, se pueden observar, en un muro, fotos en blanco y negro de momentos fundacionales de la UAM Iztapalapa: sus primeros edificios, los jóvenes por los pasillos, así como los primeros académicos y funcionarios. Al otro lado de la galería, se colocaron fotografías a color de diversos momentos de la época actual, con equipamiento de tecnología de punta en los laboratorios, y una moderna y concurrida Universidad como la conocemos hoy en día. Las fotografías hablan por sí mismas. Se pueden apreciar imágenes históricas de la institución y sus primeros edificios.

En el centro de la galería, se muestran los huesos de un mamut encontrados durante las excavaciones de la construcción del campus, así como uniformes que, si bien nunca se utilizaron, fueron diseñados por el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, fundador, primer rector general de la UAM y creador de su emblema, pues lo que pensó el arquitecto Ramírez para esta universidad es todo un concepto.

En la inauguración, Patricia Quijano Ferrer, viuda de Arnold Belkin —originario de Calgary, Canadá y nacionalizado mexicano—, destacó que el artista gráfico fue su maestro y compañero de vida. “Lo conocí aquí en la UAM-I, mientras realizaba su mural denominado El hombre y el cosmos. Y yo, como estudiante de la Esmeralda, vine a colaborar con él. Presencié cómo se enamoraban los jóvenes de los murales que iluminaban los edificios grises. Arnold estuvo muy feliz de hacer este trabajo en una Universidad con dos o tres años de construida y vio en ella la posibilidad de llenarlo de arte. Pocas universidades tienen este legado de un artista enamorado del muralismo mexicano”.

En su intervención, Javier Ramírez Campuzano, hijo del arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, detalló que la Universidad es el espacio del saber, de la acción, de la revolución y de la educación como énfasis especial, pero también es el espacio del progreso, la superación, la esperanza y la paz.

En el caso de la UAM, dijo, se buscó motivar la convivencia interdisciplinaria con las condiciones del espacio. Se trató de construir una Universidad para llevarla a diferentes jóvenes de la ciudad y que estudiaran de acuerdo con su tiempo, por eso el sistema de créditos, el sistema trimestral y la necesidad de tener materias extraescolares para una formación integral. Esto es consecuencia de una historia y una proyección asentada en la tradición, por eso su lema es: “Casa abierta al tiempo”.

POR ANA ALEJANDRA VILLAGÓMEZ VALLEJO

Ana Alejandra Villagómez Vallejo, reportera desde hace 25 años en varias unidades de la UAM. Estudió el doctorado en Educación; la maestría en Desarrollo Rural; las licenciaturas en Ciencias de la Comunicación, y en Violoncello. Ha realizado investigaciones sobre educación y cultura, así como en medios de comunicación en zonas rurales y procesos de desarrollo comunitario. Directora de radio e investigadora para el Banco Mundial. Ha impartido clases en licenciatura y en educación media superior. Como intérprete al cello, ha realizado diversos cursos de especialización y participado en varias agrupaciones desde trío, cuarteto de cuerda, orquesta de cámara y orquesta sinfónica.

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