EDUARDO MORALES MANZANARES
Fotografías de: Jesús Guillermo Hernández Ortiz
Los Sistemas de Inteligencia Artificial (SIA) están impactando en muchas áreas: educación, salud, energía, medio ambiente, alimentación, ciencias y las artes, lo que se denomina un “Nuevo Renacimiento”. Esto debe ser de interés de las universidades porque afecta directamente a su sistema educativo y al desarrollo de las ciencias y las artes, afirmó el doctor Eduardo Morales Manzanares, presi- dente de la Academia Mexicana de Computación.
La vida cotidiana de las personas está rodeada de SIA, pero no han sido conscientes. Antes sólo los gobiernos o las grandes empresas generaban datos, y en un tiempo muy acelerado lo empezó hacer todo el mundo. Además, se dieron varios procesos de automatización por todos lados, surgieron las tarjetas gráficas para videojuegos con tareas de aprendizaje, progresaron diversas aplicaciones (créditos, celulares, cámaras, automóviles, entre muchas más).
A final de la década de 1950, se diseñó un sistema muy sencillo que era capaz de aprender una función, una base de redes neuronales machine learning; por esos mismos años también se realizó un sistema que podía aprender a jugar damas por auto-juego. En la década de los 70, decidieron centrarse más en problemas mucho más fáciles de caracterizar, se crearon actividades de razonamiento, un robot que integraba varias funciones: visión, razonamiento y planeación, inclusive después le integraron aprendizaje; posteriormente surgieron los sistemas expertos, los que trataban de capturar conocimiento en áreas específicas.
En los años 90, se construyeron los primeros vehículos autónomos; para 1994 se desarrolló un sistema que jugaba Backgammon, usando refuerzo y redes neuronales, un hecho muy importante fue que el sistema le ganó al campeón mundial de ajedrez, continuó el investigador del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE).
Se dieron cambios importantes dentro de los SIA, la visión computacional antes de 2012 básicamente se concentraba en detectar bordes, sacar atributos de textura y de color; cuando se empezaron a aplicar redes neuronales convolucionales se cambió radicalmente el área de la visión computacional. Surgieron sistemas que podían generar imágenes, videos, podían segmentar y seguir objetos, de manera paulatina se empezaron a mover modelos estadísticos; así como los transformers (red neuronal que aprende contexto y significado) que son la base del Chat GPT.
Los SIA se hicieron accesibles a todo el mundo, las universidades dejaron de ser las protagonistas en el área, “la industria contrata más doctores en IA que la academia, además genera más sistemas; en 2003 la industria creó 55 sistemas; en colaboración con universidades se desarrollaron 21, y las universidades solas produjeron 15”.
En la educación hay grandes expectativas con el uso de los SIA, se puede mejorar el aprendizaje porque se puede dar una educación personalizada, es una herramienta que beneficia a los profesores porque puede ayudarles a corregir tareas, diseñar exámenes, recomendar pruebas y ejercicios, y dedicar más tiempo a sus alumnos.
Cabe mencionar que para los académicos el panorama no ha sido fácil, en los últimos cuatro años se suscitaron diferentes acontecimientos: durante la pandemia por COVID-19, los docentes tuvieron que impartir clases a distancia sin contar con el material adecuado, la capacitación y, en muchos casos, ni siquiera había la infraestructura adecuada. Los alumnos pospandemia regresaron con grandes deficiencias pedagógicas, cuando parecía que las cosas iban mejorando se empezó a socializar el uso de Chat GPT, herramienta que le resuelve casi todo a los alumnos.
Falta conocimiento de cuales son las limitaciones, las capacidades y cómo enfrentar las actualizaciones constantes de los SIA. La mayoría de estos sistemas son en inglés, no necesariamente consideran el contexto de los distintos países, por lo tanto pueden presentar sesgos. Esto claramente puede aumentar un desfase entre las habilidades y la educación que recibe un alumno con respecto a otro. Se puede correr el riesgo de que afecten la parte cognitiva, que al usar estos sistemas no vivan o no tengan la experiencia y se la pierdan, los puede volver dependientes sin un pensamiento crítico.
“Hay que repensar la educación, estamos viviendo cambios acelerados, debemos preparar a los alumnos para lidiar con la incertidumbre, que sean curiosos, creativos, colaborativos y ayudarlos a mantener su pensamiento crítico, para que no se conviertan sólo en consultores de un sistema”, aseveró el doctor Morales Manzanares, egresado de la licenciatura en Ingeniería Física de la UAM.