JORGE LINARES SALGADO
Fotografía de Jesús Guillermo Hernández Ortiz
Por su parte, Jorge Linares Salgado, académico de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, señaló que los SIA son un negocio internacional controlado por empresas globales que no quieren ser reguladas.
Estos sistemas pueden afectar la autonomía de las personas, la capacidad de decisión y razonamiento, en la medida en que sean más potentes pueden influir en las políticas públicas, en la toma de decisiones, obstruir derechos fundamentales, la privacidad, la autoría, suplantar a muchos trabajado- res humanos en tareas automatizables.
En un estudio provisional realizado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), se pronosticó que el 25% de los empleos van a ser sustituidos por la IA por razones económicas, no por razones de eficiencia. Además se van a exacerbar la desigualdades sociales, económicas, culturales informáticas y digitales cognitivas. También se generará un problema ambiental grave, existen reportes de los enormes volúmenes de energía y agua que se necesitan para que operen los centros de datos. Por otro lado se generan problemas éticos, la afectación paulatina de las capacidades de agencia de autonomía personal y de habilidades cognitivas en los seres humanos.
El especialista en ética de la ciencia y la tecnología refirió que no se debe partir de la idea de controlar las tecnologías de la IA, pero dada la presión internacional y las modas que se establezcan en las universidades de los países desarrollados, se deben implementar cambios en la forma en que hoy en día se desarrollan las actividades académicas.
El principio básico que se marca en los documentos elaborados colectivamente sobre el asunto de la ética y la IA es la no reemplazabilidad de los humanos en la toma de decisiones, en todas las discusiones cruciales de gran impacto social y ambiental. Existen capacidades cognitivas humanas que se pueden algoritmizar, sistematizar, automatizar que pueden ser reemplazables por los SIA: objetos, rostros, imágenes y hasta emociones, simular el lenguaje natural, buscar, seleccionar y clasificar datos, corrección de textos y traducción entre diferentes lenguas, elaboración y mejora de textos, diseño y manipulación de imágenes y videos. No se puede negar que en el futuro habrá enseñanza automatizada con avatares y robots educativos, pero esto se puede aprovechar para llevar educación a lugares donde no la hay. Los SIA aplicados a la educación están divididos en tres bloques: estudiantes, académicos y administradores (autoridades). Los estudiantes aplican la IA para preparar materiales escritos y gráficos, solicitar asesoría, cursos virtuales, buscar información especializada, elaborar y corregir textos, redactar pruebas y trabajos escritos; los docentes para preparar presentaciones y materiales, responder de manera personalizada y automatizada las asesorías, evaluación automatizada del proceso de enseñanza-aprendizaje, convertir discursos en textos y viceversa, analizar y evaluar la autenticidad, originalidad y calidad de textos, elaborar y automatizar conferencias.
Por último, los administradores de las instituciones de educación pueden utilizar la IA para elaborar los planes y programas de estudio de manera general y personalizada, programación eficiente de cursos y actividades académicas, asignar cursos al profesorado de acuerdo con las habilidades y el desempeño, evaluación automatizada del desempeño docente tutorial y de investigación, entre muchas tareas más.
Algo que actualmente se promueve de manera global es que las universidades van a competir en el mundo, una competencia completamente desigual porque los países más desarrollados en el mundo pueden hacerlo con un alto nivel porque cuentan con la infraestructura correspondiente con respecto a los países pobres, advirtió.