Dr. Juan Édgar Carrera Crespo, con sus alumnos.
El estrés hídrico es un fenómeno global, en la actualidad afecta a la cuarta parte de la población mundial, en este contexto, México ocupa el número 24 en el planeta y el segundo en América Latina después de Chile.
En entrevista para este medio, el doctor Juan Édgar Carrera Crespo, profesor visitante en el Área de Catálisis del Departamento de Química de la UAM-I, especialista en Tratamiento de agua, producción de hidrógeno y biocombustibles, nos explica sobre el problema del estrés hídrico en México, sus implicaciones y las posibles soluciones.
ESTRÉS HÍDRICO
En esta temporada de mayor sequía, los cuerpos de agua se estresan porque se les extrae más agua de la que pueden retener. Un ejemplo es lo que está pasando con el Sistema Cutzamala, el cual se compone de diversos cuerpos de agua que concentran y distribuyen el líquido como la presa Valle de Bravo, que por el momento está cerrada porque las lluvias no han sido suficientes para recuperarla.
El 20% de agua que se utiliza en la Ciudad de México y en la zona metropolitana proviene del Sistema Cutzamala, y el 70% viene de los pozos subterráneos de la misma ciudad; es decir, cuando no hay forma de llenar esos mantos acuíferos, los estamos estresando. Esto tiene serias consecuencias, al estar substrayendo el agua se generan hundimientos, un problema grave para la construcción que desemboca en un fenómeno social.
ESTRATEGIAS PARA AMINORAR EL ESTRÉS HÍDRICO
En primer lugar debemos ahorrar agua en la ducha y en el lavado de las manos; seguido por la reutilización del agua que, estrictamente hablando, la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (US EPA por sus siglas en inglés) define como reciclaje, reutilización y regeneración del agua como sinónimos. Hablaremos de reutilización; es decir, darle un segundo uso al líquido vital. En México, por ejemplo, podemos reutilizar el agua de lavado de trastes y de alimentos para regar jardines y plantas; la que se usa en la lavadora se puede reciclar en el lavado de patios y banquetas.
De manera generalizada, estamos utilizando sólo una vez el agua potable y se va directo al drenaje sin darle otro uso. Algo que se debe de considerar en la Cuidad de México es la división de las tuberías, para aguas negras y aguas grises. Estas últimas podrían tratarse localmente y darles otro uso.
AGUAS GRISES Y AGUAS NEGRAS
Las aguas grises son aquellas que no tienen una carga orgánica considerable, provienen de las actividades domésticas ya sea de la lavadora, regadera, lavabo y fregadero; aunque existe cierta controversia sobre el agua que se genera en la cocina, por la grasa y la comida que lleva.
Las aguas negras proceden principalmente de las descargas de los sanitarios, contienen una alta carga de materia orgánica y microorganismos que podrían generar enfermedades, por lo que es necesario su tratamiento.
SISTEMAS DE TRATAMIENTO DE AGUAS NEGRAS EN MÉXICO
En México se tratan las aguas negras, pero no lo suficiente. Según datos de la CONAGUA, en el año 2020 se generaron 8820 hectómetros cúbicos de aguas residuales municipales, un equivalente a 279.8 m3 por segundo; es decir, cada tres horas se estuvo generando la cantidad suficiente para llenar el Estadio Azteca. De este total, en el sistema de alcantarillado sólo se recolectó 77%, de la cual, se trató 67.2%; en términos reales se atendió 51.7%.
Las aguas residuales no municipales tuvieron un registro, en ese mismo año, de 710 hectómetros cúbicos, de las cuales se trató sólo 32.2%. Del total de aguas residuales generadas, municipales y no municipales, sólo se procesó 43%, lo que significa que más de la mitad del agua generada en el país no se trata.
Inclusive en las aguas tratadas existe un problema, pueden llevar ciertos contaminantes recalcitrantes que no son degradados por los métodos convencionales, como el de lodos activados que se utilizan en 49% de las plantas tratadoras de agua en México.
CONTAMINANTES RECALCITRANTES
De acuerdo con el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA) los contaminantes recalcitrantes son aquellos que no pueden ser degradados mediante métodos biológicos o químicos. No se pueden degradar o eliminar mediante los procesos convencionales que se utilizan en las plantas de tratamiento. Así como entran a las plantas de tratamiento (influente), igual salen (efluente); es decir, este tipo de contaminantes pasan por el proceso de tratamiento y prácticamente no se degradan, sólo llegan a degradarse en porcentajes muy bajos, menores a 15%.
Los contaminantes recalcitrantes pueden tener efectos negativos en la flora y la fauna que se encuentran cercanas a estos cuerpos de agua. Por eso se debe tener mucho cuidado en su detección; algunos canales son recargados con estas aguas, tal es el caso de Xochimilco y Tláhuac.
EFECTOS DE LA PRESENCIA DE LOS CONTAMINANTES RECALCITRANTES EN LOS CUERPOS DE AGUA
Se han encontrado reportes en donde se evidencia que los contaminantes recalcitrantes pueden ser un riesgo para las especies acuáticas. Algunos efectos de este tipo de contaminantes son las mutaciones, que pueden llegar a ser un factor de riesgo para la extinción de estas especies. Por otra parte, también podrían provocar efectos en la salud de las personas.
Existen algunos contaminantes peligrosos como los pesticidas y algunos compuestos farmacéuticos, sobre todo los antibióticos, debido a que pueden generar resistencia bacteriana, lo que ocasiona serios problemas de salud; las bacterias se pueden convertir en una “súper-bacteria”, y las enfermedades derivadas de ellas ya no se van a poder controlar con las dosis y los antibióticos que se tienen actualmente. (Continuará.)
