CHINA IMPERIAL, VARIEDAD CULTURAL Y LINGÜÍSTICA

Confucio

EL SEGUNDO SIMPOSIO DE ESTUDIOS SOBRE CHINA, COORDINADO POR JAVIER RIVERA RIVERA Y JULIO EDUARDO PÉREZ CÓRDOVA, DE LA DIVISIÓN DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES DE LA UAM-I.

La expresión “cien escuelas” no debe interpretarse de manera literal, porque se refiere a los sistemas de pensamiento que surgieron entre los años 770 y 221 antes de la era común. Desde este contexto, Alain Dessayli Azpeitia Muñoz, profesor adjunto del Departamento de Filosofía de la UAM-I, expuso tres de las diez escuelas de la época temprana o Edad de Oro de la filosofía china: el taoísmo, el legalismo y el confucianismo.

Azpeitia Muñoz puntualizó que el taoísmo se basa esencialmente en el pensamiento ontológico y cosmológico. Busca fundamentar la mitología en una base empírica explorando el misticismo, los rituales y la naturaleza cósmica del universo vinculado con la creación humana. En la práctica filosófica china, el pensamiento ontológico explica la creación del universo junto con la creación del hombre, mezclándolos en los ritos funerarios. La obra principal del taoísmo es el Tao Te Ching.

Por otra parte, se encuentra el legalismo, la escuela de Shang Yang, que guarda relación con el utilitarismo de la filosofía occidental. Se basa en lo que los antiguos griegos llamaron cálculo hedonista: “Vamos a calcular los placeres para ver cuál es más conveniente y ponerlos en cierto orden”. Esta escuela se concentra en la filosofía del derecho y la filosofía política, cuyo propósito era fortalecer la autoridad del emperador o del rey, dependiendo de la dinastía.

El confucianismo sostenía la creencia que los seres humanos eran esencialmente bondadosos basándose en aspectos espirituales, éticos y morales. En muchas ocasiones, las dinastías entraron en conflicto con este pensamiento porque dividía el estándar de la moral en dos categorías individuales: “La moral para los nobles y la moral para la población civil”. Algunos sinólogos consideran que esto no constituía una filosofía, sino más bien un estilo de vida, señaló el estudioso de la filosofía mundial antigua.

“Lo interesante es analizar cómo la filosofía china justifica las cosas de manera espiritual y racional, lo que se conoce como filosofía práctica. Abarca temas que son objeto de estudio en Occidente, como la hermenéutica, la dialéctica, el existencialismo, la estética, la ética y la política”.

Lao Tse

LA LLEGADA Y RECEPCIÓN DEL CRISTIANISMO EN CHINA DURANTE LOS SIGLOS XVI Y XVII
El desafío al que se enfrentaron los jesuitas, congregación que instauró el cristianismo en China, fue el hecho de que tanto Japón como China contaban con estructuras políticas muy sólidas. Por lo tanto, no pudieron conquistar su territorio de la misma manera que lo hicieron en América. En otras palabras, la evangelización en China no estuvo precedida por una conquista militar. Así lo precisó José Francisco Bernal Cabello, estudiante de la licenciatura en Historia de la UAM-I.

Bernal Cabello destacó que el apóstol de las Indias, Francisco Javier, llegó a China en 1552 con el propósito de evangelizar al emperador para facilitar la catequización de la población. Sin embargo, fueron Michele Ruggieri y Matteo Ricci quienes ejercieron un mayor impacto en la introducción del cristianismo en China.

Estos misioneros aplicaron la estrategia de la acomodación, que consistió en adaptarse a la cultura y sociedad china. Incluso Ricci se convirtió en un experto de esta cultura y su literatura. Junto con Ruggieri, publicó el primer libro cristiano en chino titulado El verdadero camino.

La tarea evangelizadora resultó compleja, ya que los diversos aspectos que se desprenden de la filosofía china como el confucianismo y la ética, así como el culto a los antepasados, fueron objeto de intentos de adaptación a los preceptos del cristianismo. Con este éxito, los jesuitas continuaron su trabajo durante el siglo XVII, aunque se suscitaron una serie de discusiones al interior de la Iglesia católica debido al método aplicado.

Cuando llegaron los evangelizadores franciscanos, dominicos y agustinos a China rompieron con el monopolio implantado por los jesuitas. Observaron que la población estaba siendo evangelizada mediante una combinación de su filosofía y el cristianismo. Aunque los jesuitas defendieron estas prácticas como válidas dentro de la ética cristiana; es decir, como prácticas culturales y no religiosas, la Iglesia, a través del papa Clemente XI, las prohibió en 1704.

POR ROSA IDALIA DÍAZ CASTRO

Es socióloga por la UAM, unidad Iztapalapa. Su formación en el área de la comunicación ha sido a través de diplomados, talleres y seminarios en los campos de la política, la divulgación de la ciencia y el periodismo de investigación. Realizó trabajo comunitario en la zona centro sur de México. Dio talleres sobre los derechos de las niñas y los niños como integrante de una Asociación Civil. Ha impartido clases en el nivel medio superior, y trabajó como Promotora Cultural en la UAM-I. Reportera en el boletín Cemanáhuac desde hace seis años.

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