CINE Y MUJER. Redes de amor y sororidad para la vida

En el marco de las actividades organizadas por la UAM Iztapalapa con motivo del Día Internacional de la Mujer, se presentó el ciclo de cine Mujeres: Redes de Amor y Sororidad para la Vida, con dos películas que, desde distintos contextos, abordan problemáticas que en un momento nodal convergen con la sensibilidad de todas las mujeres. La primera cinta, que abrió la tarde de cine fue Nos pintamos solas, realizada por Mariana Rivera y Marisa Belausteguigoitia. Esta cinta trata sobre un grupo de 50 mujeres recluidas en el penal de Santa Martha Acatitla, quienes, usando temas centrales como la esperanza, la fuerza y el tiempo, hicieron hablar a los muros que las rodean.

A través de un proceso detallado de aprendizaje, preparación narrativa, psicológica, lúdica, de bocetaje y de sensibilización se crearon las historias en papel que después tomarían los muros del penal de Santa Martha. Los temas surgieron a partir de la búsqueda interna de cada una de las reclusas, desde la  concepción de su propio árbol con la idea de crear una ceiba de emociones y experiencias de vida que plasmara la desesperación ante las injusticias y el encierro, hasta la representación de una escalera que conduzca hacia el campo de las ilusiones, los sueños y la libertad por medio del arte: invitación a la transformación, la sororidad y el trabajo en equipo. 

Esta obra es parte de Mujeres en Espiral, proyecto de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), implementado en el Centro Femenil de Readaptación Social Santa Marta Acatitla, que utiliza el arte y la pedagogía para generar procesos de transformación y concientización. En el año 2013, Mujeres en Espiral, en colaboración con la Facultad de Derecho de la UNAM, integró sus actividades a las Áreas de Investigación, Práctica Jurídica y Artístico-Pedagógicas para promover algunos de los casos de las mujeres presas.

En las paredes del penal, durante la realización de varios murales, empezaron a emerger figuras como la Coyolxauhqui, mujer desmembrada de la mitología prehispánica mexicana que representaba el sentir de muchas de las reclusas antes de comenzar el proceso muralístico. Esto permitió que aparecieran sirenas, mujeres completas y felices, que son ellas mismas dueñas de su espacio y su tiempo, así como caracolas ubicadas en el sitio donde la violencia se convirtió en esperanza, tiempo y fuerza, con miradas a la luna, sin barreras, en una noche llena de estrellas. El arte en la cárcel trazó los caminos y las formas para llegar a la libertad, a través de una barca recorriendo la mar o una vereda dirigiéndose a la puerta de la salida del penal.

La película también destaca la visita del reconocido artista plástico mexicano Rafael Cauduro al penal de Santa Martha, captura el diálogo que entabló con las mujeres durante el proceso creativo del mural. Este intercambio sucedió entre el reclamo de justicia, no expresado verbalmente porque su voz no alcanzaba, y lo que el pintor sí pudo plasmar en su mural realizado en la Suprema Corte de Justicia llamado Ante el clamor de las personas por justicia, no es momento de celebrar, que expone una crítica al sistema judicial y a la falta de atención a los expedientes de los presos en nuestro país.

La segunda película presentada fue 4 meses, 3 semanas, 2 días, un drama estrenado en 2007 en el Festival de Cannes, donde ganó la Palma de Oro. Escrita y dirigida por el cineasta rumano Cristian Mungiu. La película está ambientada en los últimos años del comunismo en Rumania, en la década de 1980. Muestra paisajes grises y fríos que transmiten una sensación de persecución, con escenas en donde se observa la persistente revisión de las identificaciones personales. La trama se centra en dos amigas estudiantes universitarias, Otilia y Gabita, quienes contactan a un paramédico para que le realice un aborto clandestino a Gabita, ya que la práctica estaba prohibida por las leyes totalitarias de la época.

Otilia enfrenta dificultades para alquilar un cuarto de hotel, un lugar donde ninguna de las dos imaginó vivir no sólo los riesgos a los que se exponen las mujeres cuando se practica un aborto inseguro, sino también a la violencia de género, con la finalidad de lograr que Gabita pueda interrumpir su embarazo de más de 4 meses. En el desenlace, las amigas pactan no volver a mencionar lo sucedido. Sin embargo, es una película que plantea un debate abierto, que invita al análisis profundo, la reflexión y la discusión.

La proyección de la cinta contó con la presencia de Marius G. Lazurca, embajador de Rumania en México, quien facilitó la obtención de la película. El embajador describió el tema como fuerte y controversial, dado que en la actualidad en su país existe el derecho al aborto, que lo avala como legal y libre, pero: “el 80% de las instalaciones hospitalarias públicas no lo practican porque los médicos se niegan a hacerlo. El aborto en Rumania es libre, pero no es gratuito, por lo que es un tema que se encuentra en un contexto legal, político y moral cada vez más complicado”, informó el embajador.

POR ISELA GUERRERO OSORIO

Isela Guerrero Osorio es licenciada en Ciencias de la Comunicación Social por la Universidad Autónoma Metropolitana Xochimilco. Diplomada en Periodismo en Investigación de la Cátedra Granados Chapa por la UAM Cuajimalpa; Arteterapia UAM-CONACULTA y Creatividad por la UAM Xochimilco. Se ha desempeñado en la rama de la radio en noticieros y programación infantil como locutora así como guionista. Trabajó para el Programa Alas y Raíces para los Niños, CONACULTA en actividades de promoción a la lectura y como narradora y realizadora de proyectos para diversas Ferias del Libro Infantil y Juvenil (FILIJ). Ha participado en festivales culturales como el de Cumbre Tajín coordinando el Nicho Infantil. Es amante de la ciencia y la cultura, activista social y en la actualidad es redactora y reportera en la UAM Iztapalapa.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

NOTAS RELACIONADAS