En México existen 53.3 millones de mujeres de 15 años y más, de ellas sólo 24.7 millones cuenta con un trabajo remunerado, lo que significa que 28.6 millones de mujeres no participan en el mercado laboral. De las mujeres que cuentan con empleo, 13 millones lo hacen en la informalidad y 11.7 millones en un trabajo formal. De las mujeres que no participan en el mercado laboral, 25 millones no buscan un empleo porque tienen a su cargo el cuidado de los hijos, adultos mayores o enfermos, así lo señaló la licenciada en economía y negocios internacionales, Paola Vázquez, quien forma parte del equipo del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
En su conferencia denominada “Mujer en la economía y brecha de género”, con la que se dio apertura a las Jornadas por el 8M Día de la Mujer Trabajadora, la economista comentó que en nuestro país la participación económica de las mujeres ha cambiado muy poco en los últimos años, pues una de cada dos no está en el mercado laboral, mientras que los hombres tienen tasas de participación de alrededor del 80%. De seguir esta tendencia, México tardaría 119 años en igualar la participación económica entre hombres y mujeres, lo que es una gran pérdida económica para el país, sentenció la experta.
El INEGI estima que el valor económico del trabajo no remunerado asciende a 7.2 billones de pesos, si fuera un sector económico del PIB sería el más grande de México, abundó. Entre los principales desafíos para sumar a más mujeres al mercado laboral están: eliminar el trabajo no remunerado tal como labores de cuidado y del hogar a los cuales las mujeres dedican 40 horas a la semana, mientras que los hombres sólo dedican 16 horas a esa misma labor.
Igualar las condiciones laborales es otro reto a superar. En la actualidad, las mujeres ganan 80 pesos por cada 100 que recibe un hombre. Una mujer que labora en el mercado formal gana alrededor de $6,000.00 mensuales, pero en la informalidad gana apenas $3,500; mientras que los hombres con trabajos formales ganan $7,783 y en los informales $4,954. Esto es, en el mercado informal las mujeres ganan 48% menos que en el formal, mientras que los hombres ganan 36% menos en la informalidad. Aún así, las mujeres buscan la informalidad laboral porque les ofrece flexibilidad para sus labores de cuidadoras.
Erradicar la violencia laboral: Según datos de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH), las mujeres viven la violencia laboral como la segunda más prevalente, las estadísticas señalan que tres de cada 10 mexicanas han enfrentado violencia laboral en su vida. Los estados con más violencia laboral son Baja California, Chihuahua y CDMX, mientras que Zacatecas, Guerrero, Oaxaca y Chiapas registran los niveles más bajos. Sin embargo, hay una cifra negra en estos estados —advirtió la licenciada Vázquez— porque las mujeres no reportan ser violentadas, la es que restan importancia a los hechos de violencia o tienen miedo de las consecuencias, como perder el trabajo.
Erradicar la discriminación laboral en todas sus formas. La especialista mencionó que las mujeres tienen menores oportunidades de ascenso, reciben menor sueldo y prestaciones por el mismo trabajo y ven limitado su desarrollo profesional mientras se favorece a los hombres; el embarazo, la edad y el estado civil son factores que les impiden conseguir empleo, estas barreras se reflejan en una baja participación de mujeres en puestos de mayor jerarquía. Según un estudio de IMCO que analizó a las empresas que cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores, se reportó que en estas instancias las mujeres están subrepresentadas en los consejos de administración y puestos de alta dirección, pues son espacios altamente masculinizados. En una plantilla laboral las mujeres alcanzan 43%, cubren el 25% de la dirección jurídica, 11% de la dirección de finanzas y sólo alcanzan el 4% en la dirección general.
Abundó la especialista que México es el tercer país de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) con menor presencia femenina en los consejos de administración, el promedio es de 30%, México alcanza 12%. Esto también sucede en el sector público, pese a la cuota de paridad establecida recientemente por el gobierno federal, en los puestos de enlace se alcanza la paridad, pero se va reduciendo la participación de mujeres en las subjefaturas de unidad y subsecretarías de Estado, puestos de rango medio alto. IMCO estima que, para alcanzar la paridad laboral de la OCDE, en 2030 se tendrían que sumar 8.3 millones de mujeres al mercado laboral. De lograrse esa proeza, la economía de México crecería 15%, más mujeres en el mercado laboral significa más desarrollo económico para el país y mejores condiciones para todos.
Para ello, IMCO propone políticas públicas que permitan la redistribución de los cuidados, pasar de un sistema de cuidados familiar a uno que sea responsabilidad compartida entre el Estado, las empresas y los hogares. Generar información con perspectiva de género que permita identificar y atender las necesidades diferenciadas que tienen mujeres y hombres. Institucionalizar buenas prácticas de inclusión de mujeres y fomentar la flexibilidad laboral como igualar las licencias de paternidad y maternidad; actualmente los hombres cuentan con cinco días por paternidad y las mujeres con 84 días naturales; México es uno de los países en Latinoamérica con menor número de días por paternidad, igualar este tipo de licencias genera a nivel social una corresponsabilidad en los cuidados y a nivel laboral reduce la desventaja de las mujeres frente a un empleador que decide no contratar a una mujer para evitar este tipo de licencias.
Las políticas más inclusivas contribuyen a atraer y retener talento, más innovación y acceso a nuevos mercados, atraer inversión responsable y crecimiento económico. Más mujeres en la economía se traduce en autonomía económica, mayores ingresos en los hogares, para las empresas mayor rentabilidad y más talento y crecimiento económico para México, concluyó la especialista.
