La UAM necesita llevar a cabo su propuesta inicial de las tres funciones sustantivas, tanto en sus políticas como en la labor docente, la cual debe realizarse de manera ética y responsable. Además, es esencial evaluar, entre otros aspectos, el modelo educativo, la carrera académica y diversos procesos como el de ingreso y permanencia docente.
Por otra parte, el sistema de becas y estímulos muestra sus debilidades estructurales al promover la simulación, la individualización del trabajo y el énfasis en la investigación por encima de las otras funciones sustantivas de la actividad académica.
Así lo consideraron académicos de las diversas Unidades que participaron en la mesa de análisis: “Regulación y valoración del trabajo académico en la UAM, encuentro entre generaciones”, que formó parte del foro La carrera académica en la UAM. Los retos para las nuevas generaciones.
En la presentación, la doctora Angélica Buendía, de la Unidad Xochimilco, moderadora, explicó que el análisis de la carrera académica ha sido un asunto permanente desde hace dos décadas y se ha intensificado por el inminente recambio generacional que la Universidad ha comenzado a experimentar a 50 años de su fundación.
Entre los temas que se discuten, está la necesidad de analizar los cambios experimentados en la naturaleza, la organización y el contenido del trabajo académico, así como sus mecanismos de regulación y la diversidad de trayectorias que se construyen en el marco de nuestro modelo universitario.
Explicó que en los órganos colegiados se reconoce la urgencia de impulsar procesos de transformación y cambio que mantengan la esencia del modelo y, al mismo tiempo, reconozcan los efectos no deseados de una carrera académica sustentada en la figura de profesor investigador de tiempo completo, la articulación en el desarrollo de las funciones sustantivas y un esquema de becas y estímulos para la permanencia que ha dado señales de su agotamiento.
Asimismo, se debe revisar los instrumentos de regulación de la carrera académica (RIPPPA y TIPPA), dado que la producción y productividad académica se concentran en algunos aspectos, mientras que otros no han cobrado el dinamismo deseado por la Universidad.
Entre las propuestas que realizaron los académicos, se encuentra la necesidad de evaluar el modelo educativo UAM, pues sólo el modelo Xochimilco sigue siendo de avanzada “al aprender resolviendo”. Hay que revisar que se termine la lógica de poder que acompaña los procesos de ingre- so y permanencia, pues ser titular C tiempo indeterminado no implica llevar a cabo la labor docente. Por eso se debe tomar en cuenta el diseño de perfiles en los concursos de oposición, pues no siempre corresponde a los requerimientos del área.
En este sentido, es fundamental analizar la diversidad de trayectorias docentes, ya que no puede ser una sola, pues existe la de docencia, de gestión, la internacional, la interna y la de profesor investigador. Con respecto a esto, establecieron que hay una crisis en el “sistema de puntitis”, pues convierte a la gente en maquiladores de la ciencia y la docencia.
Se debe incluir a especialistas en didáctica y pedagogía para evaluar el ingreso del personal docente. El sistema UAM sólo aprueba a profesores formados internacionalmente, sin to- mar en cuenta la experiencia en otros campos.
Los académicos resaltaron que es imprescindible un proceso de inducción para que el nuevo personal conozca qué es la UAM y todo lo que representa como Universidad, así como revisar planes y programas de estudio, no sólo de licenciatura, sino también de los posgrados, para que realmente impacten a la sociedad.
De manera general, se consideró que debe hacerse el cambio a una universidad como proyecto cultural, social y democrático, con un fuerte compromiso con los jóvenes, especialmente los de la periferia, pues no es suficiente la relación socioafectiva con la UAM; hay que pasar al compro- miso real.
En la mesa participaron la doctora Ana Beatriz Pérez Díaz de la Unidad Xochimilco, así como los doctores Luis Montaño Hirose y Tomás Vive- ros García de la Unidad Iztapalapa, Sergio Revah Moiseev y Mario Casanueva López de la Unidad Cuajimalpa, Jorge Ismael Castañeda Sánchez de la Unidad Xochimilco, y el doctor Santiago Alonso Palmas Pérez de la Unidad Lerma.