Con motivo de los 50 años de la UAM, Unidad Iztapalapa, diez académicas y académicos se dieron cita para realizar una Jornada de Reflexión, en la que analizaron el papel de la universidad pública en el México contemporáneo, así como los aspectos relevantes de las cinco décadas de la UAM-I; expresaron —también— sus anhelos y acciones necesarias para construir el futuro de la Unidad, señaló la doctora Jatziri Gaitán González, titular de la Coordinación de Desarrollo Académico e Institucional, al hacer un compendio de las Jornadas de Reflexión Académica. 50 años de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa.
La primera mesa estuvo integrada por la doctora Patricia Dávila Aranda y los doctores Rodrigo Díaz Cruz y Salvador Malo Álvarez, en la que expusieron sus ideas sobre la universidad pública en el México contemporáneo, sus dilemas y sus retos, coordinados por el doctor Tomás Viveros García.
Los participantes desarrollaron seis temas clave, bajo una transversalidad entre lo real y lo ideal: el primero fue la autonomía y el financiamiento de las universidades públicas, que pone a la institución a negociar entre la libertad que le otorga una auténtica autogestión y las restricciones impuestas por el Estado y otras fuentes de financiamiento; el segundo es el incremento de la matrícula y la calidad educativa, lo que origina en los hechos, una presión sobre los recursos disponibles que afecta tanto a la infraestructura, como a la capacidad de contratación de personal docente y el desarrollo de programas académicos; otro tema fue la renovación del sistema educativo y las dificultades para enfrentar cambios, incorporando nuevas tecnologías y reestructurando los programas de una manera más flexible.
Esta modernización enfrenta resistencias internas, entre las que defienden las estructuras tradicionales y las que promueven una transformación profunda; docencia e investigación son dos funciones esenciales que deben estar equilibradas, la investigación es una tarea que ha sido constantemente sobrevalorada, mientras que la docencia tiende a enfocarse de manera unidisciplinaria ante la realidad actual que exige un trabajo multi o interdisciplinario; además, se suman las contradicciones que surgen del propio conocimiento creando desafíos para el cumplimiento de ambas funciones; la transparencia y la burocracia, que tiene que ver con el uso adecuado de los recursos y las políticas de fiscalización que han incrementado la burocracia dentro de las universidades; por último, la globalización del conocimiento y la identidad local reflejan un reto importante, formar a los estudiantes para competir en un entorno global, sin dejar de lado los problemas locales.
Los participantes coincidieron en que la universidad pública debe defender su autonomía, el incremento de la calidad académica, una renovación estructural que integre tecnologías educativas, el fortalecimiento de la investigación multi e interdisciplinaria, y un compromiso con la formación integral con un fuerte sentido de responsabilidad social.
En la mesa II participaron la doctora Concepción Gutiérrez Ruiz, el doctor Luis Montaño Hirose, el físico Sergio Reyes Luján y la doctora Patricia Saavedra Barrera, quienes hablaron sobre la trayectoria académica de la institución, rescatando sus logros y sus principales desafíos; esta mesa estuvo coordinada por el doctor Federico Besserer.
La UAM-I se edificó mediante un proyecto con alta calidad académica, se conformó con grupos de investigadores provenientes de instituciones como la UNAM, el IPN, entre otras. Uno de los problemas al que se enfrentaron las primeras generaciones fue la falta de infraestructura, como laboratorios para la investigación. Desde sus inicios la UAM-I buscó impulsar la docencia avanzada a través de construir Planes de Estudios a nivel posgrado. En 1979 se aprobaron formalmente nueve maestrías, y en 1982 inició el primer Doctorado en Ciencias de toda la UAM. Esta institución también se distinguió, desde sus inicios, por incluir en su oferta educativa carreras de Ciencia Básicas como Física, Matemáticas y Química e incorporar a las Humanidades con el Departamento de Antropología y de Filosofía, hoy en día la oferta educativa de la División de CSH es de once licenciaturas.
Dentro de los muchos logros alcanzados por la UAMI durante estos 50 años se encuentran: la alta habilitación académica; contar con infraestructura como dos laboratorios nacionales; la consolidación de los programas de docencia en la División de Ciencia Básicas e Ingeniería al integrar sus Sistemas Divisionales de Docencia; la existencia de posgrados en coordinación con otras Unidades como el Posgrados en Estudios Organizacionales, y los esfuerzos en la docencia a distancia que llevó algunos posgrados a otros continentes, tal es el caso de del Posgrado en Políticas Culturales y Gestión Cultural.
Así mismo, el relevo generacional es tema importante. El promedio de edad de los profesores que laboran actualmente en la UAM es de 60 años, con 28 años de antigüedad; aquí cabe el señalamiento de que no se han implementado esquemas adecuados para el retiro, pero la renovación de la planta académica debe ser una decisión colectiva. Por otra parte, destacaron que no se ha puesto atención en la construcción de mecanismos que incorporen a los nuevos profesores. Por último, el sismo de 2017 demandó la construcción de nuevos edificios con la urgencia de que funcionen con normalidad.
La tercera mesa estuvo coordinada por la doctora Carmen Fajardo Ortiz, y se escucharon las reflexiones de las doctoras Adriana Alarcón Aguilar y Cecilia Muñoz, y del doctor Juan Carlos Echeverría. La UAM ha desarrollado de manera satisfactoria sus tareas sustantivas, lo que le ha dado una estabilidad institucional y una identidad que le permite formar profesionistas altamente capacitados y críticos con un compromiso social; sin embargo, como toda institución, la UAM-I aspira a evolucionar y ofrecer programas de estudio que respondan de mejor manera a las necesidades del país. En este sentido, el Modelo Académico de Construcción Colaborativa del Aprendizaje es fundamental. “Este modelo busca fomentar la construcción de una comunidad que aprenda a pensar y a trabajar de manera colaborativa, promoviendo el hábito a la lectura, el intercambio de ideas y el diálogo entre pares priorizando la formación integral del alumnado”; posibilita la integración transversal de distintas habilidades para enfrentar su vida laboral y ciudadana.
Para enfrentar los problemas sociales, sanitarios y ambientales se requiere del trabajo multidisciplinario, integrar el conocimiento de las tres Divisiones Académicas con el objetivo de consolidar los grupos de investigación multidisciplinarios y promover la creación de redes colaborativas que se comprometan a involucrar a los estudiantes desde las primeras etapas de su formación académica.
A 50 años de la UAM-I, el cambio generacional representa una gran oportunidad para alcanzar una nueva estabilidad institucional, continuar con el fortalecimiento de ser una Universidad de investigación de alto nivel con una docencia de vanguardia.