La UAM-I fue la casa de Jaime Morales, uno de los integrantes de la agrupación Contraluz. Cuando era estudiante, se sentaba en las butacas del Teatro del Fuego Nuevo como público; ahora, le tocó pisar el escenario junto con sus compañeros para interpretar dos géneros musicales: folklor latinoamericano y trova.
La agrupación interpreta dos géneros melódicos que convierten en música la composición poética; en la interpretación de Contraluz se convierten en un medio de resistencia, sanación, hermandad y libertad. En el marco del 50 aniversario de la UAM y dentro del ciclo Un presente para mi casa. Egresados en la Cultura UAM-I, le cantaron al amor, a las luchas sociales, a las madres de desaparecidos y a los migrantes.
Cuando Jaime estudiaba la licenciatura de Ingeniería en Alimentos, se integró a un taller de música andina en la UAM-I, donde descubrió su gusto por la música; ahora con la agrupación, ha pisado diversos escenarios y ha interpretado para diferentes públicos. Uno de los objetivos de Contraluz es revivir el gusto por el folklor y la trova, que han quedado ocultos en la obscuridad por los nuevos géneros musicales. “En el ámbito de la música hay una gran variedad de géneros, actualmente la gente se está inclinando por otra clase de ritmos, diferentes a los que practica la agrupación, por eso el nombre de Contraluz”, explicó Jaime.
La agrupación está integrada por: Saúl Álvarez en la charanga, guitarra, percusiones, cuatro venezolano y voz; Antonio Castro en percusiones, guitarra, cuatro venezolano y voz; Carlos Moreno en el bajo, guitarra, quena, zampoña, saxofón y rondador; Alma Casaus en voz y percusiones; y, desde luego, Jaime Morales en la quena, zampoña, flauta transversa, guitarra y voz.