CLAUDIA MONTIEL Y GUADALUPE MONTAÑO CONVERSAN ACERCA DE ROSARIO CASTELLANOS

De Todo un Poco en el Patio invitó a las doctoras en Teoría Literaria Claudia Montiel Domínguez y María Guadalupe Montaño Vargas, ambas especializadas en la obra de la escritora, periodista y diplomática Rosario Castellanos, a conversar acerca del libro Mujer que sabe latín, para así conmemorar el 50 aniversario del fallecimiento de la escritora, sucedido el 7 de agosto de 1974. Las especialistas se congratularon de que la UAM realice un breve homenaje a una mujer que, con su obra, pone en alto el nombre de México. Además, señalaron que fue una escritora que dejó muchas enseñanzas para las mujeres, pues se considera una de las pioneras del feminismo mexicano.

Rosario Castellanos nació en la Ciudad de México el 25 de mayo de 1925. Muy pronto se trasladó con su familia a Chiapas. Cuando adolescente regresó a la ciudad, donde tuvo la oportunidad de ser de las primeras mujeres que tuvieron el beneficio de estudiar en la UNAM. Al elegir la carrera de Filosofía, convivió con los escritores más importantes del momento: Jaime Sabines, Efrén Hernández, Luisa Josefina Hernández y José Emilio Pacheco, quienes, entre otros, conforman la Generación del Medio Siglo.

Entre las preocupaciones de la escritora están los temas de la educación de la mujer y su lugar en la cultura, que está construida por los hombres. También reflexiona acerca de los mandatos de género, estereotipos y expectativas que se tenían de las mujeres, que debían dedicarse principalmente al hogar y a la maternidad, pero no a las labores intelectuales. En su libro de ensayos Mujer que sabe latín, escrito en una etapa de madurez intelectual, continúa con el diálogo incesante de definir lo femenino, de buscar la connotación que se le da a la mujer, y juega con el estilo irónico que tiene al escribir, aseguran las especialistas.

En el primer ensayo de este libro, Rosario Castellanos comenta que se considera indecente que una mujer sea sola en el mundo; por eso, hay que llamarla “señorita”, lo cual le da cierto decoro, porque la persona está resguardada en el ámbito del hogar con los padres. Cuando llega a la madurez ya es una “señora”, la presencia del marido la vuelve respetable. Siempre hay una connotación social y también una ola patriarcal de control: la mujer es normada por la sociedad, acusa.

El concepto de “mujer”, asegura la ensayista, tiene una connotación de obscenidad en su sentido físico. Es impropio llamar a alguien “mujer” porque se le ve como alguien que es parte de la naturaleza, como los animales. Estarían reducidas a ser como una flor o como un caballo o cualquier otro animal que es domesticable y que no tiene una voluntad. La literata observa que hay esta ausencia de la dimensión histórica de la mujer, al no reconocerse su participación activa en la historia. En ese tiempo, no se sabía cómo habían intervenido en las guerras y en las revoluciones, la mujer parecía una persona ahistórica. El único proceso social en el que se les consideraba era en el de la moda, ahí se le dicta cómo debe ser físicamente y cómo vestir al tratar de cumplir los dictados de la moda, los estereotipos de belleza, la mujer cae en formas de sometimiento y opresión.

Las expertas en la obra de Castellanos también hablaron de cómo la ensayista aborda el tema de la maternidad. En su tiempo, la maternidad era la única forma que tenía la mujer de trascender en el mundo, la de los hombres era la cultura. Pero las mujeres estaban destinadas a fungir como un medio para concebir, de tal forma que no dedicarse a la crianza de alguien más era mal visto; lo correcto era ser la madre abnegada. Ante ello, la escritora asegura, que la maternidad no es de ninguna manera la vía rápida para la santidad.

Esos, entre muchos otros temas interesantes, pueden encontrarse en la obra de Rosario Castellanos.Acerquémonos a ella para conmemorar los 50 años de su fallecimiento y el próximo año, el medio centenar de su nacimiento. Leamos a la también poeta mexicana, porque no hay mejor manera de homenaje a un escritor que la lectura de su obra.

POR EDILBERTA MANZANO JERÓNIMO

Edilberta Manzano Jerónimo es doctora en Teoría Literaria por la UAM-Iztapalapa. Difusora de la obra de Severino Salazar Muro. Fue coordinara editorial del número 44 de la revista Tema y Variaciones, dedicada a la obra del escritor zacatecano, y de los Nueve Cuentos Selectos de Severino Salazar, publicados en coedición entre la UAM Azcapotzalco y el Centro Zacatecano de Cultura Ramón López Velarde. Ha participado en diversos congresos nacionales e internacionales en los que se discute la literatura mexicana y ha publicado un par de artículos en revistas literarias. Es reportera en el boletín Cemanáhuac desde hace ocho años.

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