El doctor Carlos Garma Navarro es especialista en el estudio de las religiones y las minorías religiosas en México. Su interés por estos temas nace a partir de su involucra- miento con comunidades indígenas y la proliferación de grupos protestan- tes; aunque también porque, desde sus orígenes, proviene de una familia guanajuatense extremadamente católica, situación que le llamó la atención estudiar. Así lo explicaron exalumnos del Posgrado en Ciencias Antropológicas de quienes nació la iniciativa de rendir un homenaje a los 40 años de trayectoria académica del antropólogo.
Desde su ingreso a la UAM-I en 1984, ha colaborado como docente e investigador en el Departamento de Antropología. Entre sus líneas de investigación se encuentran el espiritualismo, pentecostalismo, nativismo, laicidad y secularización, y varios temas más que se han enriquecido a través de las inquietudes de sus estudiantes de licenciatura y posgrado como: género, migración, política y gobierno, todos relacionados con la religión. De esta manera lo expresó su colega el doctor Luis Reygadas Robles: “Al hacer este homenaje a Carlos, también le estamos haciendo un homenaje al Departamento de Antropología por su apertura en apoyar nuevos temas de investigación”.
El doctor en Ciencias Antropológicas por la UAM-I, obtuvo el Premio “Julio de la Fuente” a la mejor tesis de antropología: Protestantismo en una comunidad totonaca de Puebla, México, otorgado por el Instituto Nacional Indigenista (INI) en 1984 y publicada en 1987. Entre otras de sus obras se destacan: Buscando el espíritu. Pentecostalismo en Iztapalapa y la Ciudad de México (2004), y ha coordinado trabajos como: Las peregrinaciones religiosas: una aproximación (1994); Protestantismo en el mundo maya contemporáneo (2005); Familias, iglesias y Estado laico (2003); ¿A dónde va la Antropología? (2007) y, el más reciente, Religión y política en la 4T. Debates sobre el Estado laico.
RELIGIÓN Y POLÍTICA EN LA TRANSICIÓN ELECTORAL
Uno de los ejes de investigación que actualmente desarrolla el doctor Garma es la religión y su vínculo con la política. Precisamente sobre este tema dio algunos avances de su próximo libro que llevará por título Religión y política en las elecciones del 2024.
Para entender lo sucedido en el proceso electoral 2024 en México, es importante revisar algunos antecedentes que ayudan a entender mejor lo acontecido en este “drama social”, como lo llamaría el antropólogo escocés Víctor Turner, apuntó.
Existía una alianza muy estrecha entre los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón con la Iglesia católica y sectores conservadores de la derecha. Después vino un periodo de cierta confrontación, Enrique Peña Nieto trató de adoptar una línea más laica, inclusive trató de hacer modificaciones constitucionales que le abrirían espacios legales para las minorías sexuales, aspecto que estos grupos lograron bloquear.
En cambio, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), desde su campaña, estableció una alianza con el Partido Evangélico Encuentro Social (PES), cuyo presidente era Hugo Eric Flores Cervantes; el discurso del partido giraba en torno a la idea: “hermano vota por hermano”. AMLO adoptó en sus discursos elementos evangélicos, sin aclarar directamente si él lo era, varias veces se declaró con principios cristianos, pero “¿cuáles fueron sus intenciones al buscar el apoyo del PES?”, cuestionó Garma. Obrador había perdido dos elecciones (2006 y 2012) con márgenes muy reducidos, por lo que no existía claridad en los resultados finales de las elecciones que se llevarían a cabo en julio de 2018, su lógica fue sumar el voto evangélico. Otro elemento era desarticular el frente de derecha que ya se estaba consolidando.
En febrero de 2018, Hugo Erick Flores manifestó su apoyo a AMLO al postularlo como candidato del PES, ahí señaló que Obrador sería el profeta que sacaría a los israelitas del exilio para llevarlos a la tierra prometida, afirmación que el entonces presidente nunca contradijo. El eslogan del partido en ese entonces era: “Vota por el PES, vota por Andrés”. La sorpresa fue que los evangélicos sí votaron por Andrés, pero no por el PES. Esta fue la primera vez que el partido perdió su registro al no conseguir el 3% de la votación. En las elecciones intermedias del 2021, el PES regresó con el nombre Partido Encuentro Solidario, pero volvió a perder el registro.
El académico subrayó que AMLO fue construyendo una “religión civil” del obradorismo, en los términos clásicos de Robert Neelly Bellah, quien escribió sobre la religión civil en el periodo de John F. Kennedy, donde se retomaron elementos de liderazgo carismático y culto al líder, semejante a lo que ocurre con los líderes religiosos. Andrés Manuel fue erigiendo una religiosidad civil que no era del agrado de la Iglesia católica, una institución acostumbrada a tratar con altos sectores del gobierno y a recibir un trato privilegiado.
Por otra parte, Obrador cometió errores que lo llevaron a alejarse cada vez más de la jerarquía católica. Primero fue la exigencia al Papa Francisco para que se disculpara por los procesos acontecidos durante la Colonia, la respuesta del Pontífice fue diplomática al decir que ya lo había hecho en una de sus visitas a Brasil. El segundo acto se dio en una de las mañaneras, AMLO afirmó que su cercanía con el Vaticano era tal que le pedía al Papa visitar México en el 2019. El tercero fue el evento masivo que se organizó en Tijuana, en junio de 2019, donde intervinieron como oradores Arturo Farela, presidente de la Confraternidad Nacional de Iglesias Cristianas Evangélicas (Confraternice), y a Alejandro Solalinde, representante de la teología de la liberación dedicado al trabajo con los migrantes.
En junio de 2022 sucedió un acontecimiento que marcó definitivamente la ruptura entre la Iglesia católica y el presidente: el asesinato de los dos sacerdotes jesuitas Javier Campo y Joaquín Mora en la comunidad Cerocahui, en la Sierra Tarahumara. Este hecho provocó una profunda indignación y un fuerte reclamo de justicia. A pesar de esto, la relación con la Iglesia persistió, y marcó la relación y la injerencia de esta en el proceso electoral.
SIMBOLISMOS RELIGIOSOS EN LA CAMPAÑA 2024
Dos candidatas y un candidato lograron llegar a la contienda electoral de 2024. Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz, bautizada como católica, pero no alineada al catolicismo y no casada por la iglesia, marcó tolerancia hacia los sectores LGBTQ+. Sus acciones mostraron, desde el punto de vista del antropólogo, una posición “camaleónica”. Claudia Sheinbaum Pardo proviene de una familia judía con una clara orientación secular; de abuelos paternos asquenazíes de Lituania y abuelos maternos sefar- díes de Bulgaria, las dos ramas del judaísmo, pero adaptados a la sociedad contemporánea; convirtiéndose en seculares. Y Jorge Álvarez Máynez, quién asumió una posición totalmen- te laica, su orientación no tiene que ver con ningún credo religioso. Fue el que menos apeló al uso de símbolos religiosos y el único que, durante los debates, defendió el derecho de las mujeres al aborto.
Durante la campaña se desarrolló una “guerra simbólica”, en la que las candidatas empezaron a usar símbolos religiosos. Dentro de esta batalla, en el mes de febrero, Xóchitl Gálvez visitó al papa Francisco, encuentro en donde reafirmó su catolicismo. Al día siguiente, el Papa recibió a Claudia Sheinbaum, según declaraciones de la candidata el pontífice le dio grandes consejos de vida: “Aquí el papa Francisco aparece como un elemento simbólico”, refirió Garma.
La jerarquía católica comenzó un activismo político a favor de Xóchitl Galvéz, contraviniendo a la Constitución. La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), junto con otras congregaciones e instituciones de la Iglesia, solicitó a los tres candidatos la firma del Compromiso Nacional por la Paz. Xóchitl firmó, diciendo que estaba de acuerdo con todo. Claudia firmó, señalando su desacuerdo por la orientación del documento, y Maynez expresó que él no estaba de acuerdo, pero también firmó.
La Iglesia católica se pronunció a favor de la candidata Gálvez, empezaron por señalar que el triunfo de Morena sería el triunfo de la ideología del aborto, de género y el peligro que significaba para las familias mexicanas, así que lo más seguro para el pueblo era votar por una candidata conservadora. Por otro lado, los evangélicos dividieron su voto, una parte se inclinó por Claudia Sheinbaum; la Convención Nacional Bautista de México, la Iglesia adventista de Dios y la Iglesia metodista se reunieron con ella y se pronunciaron a su favor por su ideología secular y laica. Hugo Erick Flores, con lo que quedaba del PES, y representantes de la Luz del Mundo le brindaron también su apoyo.
Por otro lado, en febrero, los evangelistas conservadores se reunieron con Xóchitl Gálvez en el Congreso Nacional de Líderes Evangélicos, y en el mes de mayo con el presidente de la Coalición Internacional Mexicana de Apóstoles (CIMA), quienes le dieron de igual manera su respaldo.
DEBATES
La guerra de símbolos religiosos se dio a partir del segundo debate. Xóchitl Gálvez se pronunció abiertamente católica, y señaló que Morena es un partido de narcotraficantes, que da culto a la Santa Muerte, mostrando claramente elementos de intolerancia al señalar que todo culto a la Santa Muerte es sinónimo de narcocultura.
En el tercer debate, Xóchitl Gálvez criticó a Sheinbaum por usar una falda con la imagen virgen de Guadalupe, a pesar de que ella no es una creyente. El 26 de mayo, una semana antes de las votaciones, la Conferencia Episcopal hizo un llamado al “Día de la oración nacional” para que todos los católicos rezaran por la candidata de la oposición.
Finalmente, Garma Navarro subrayó que el uso desmedido de símbolos religiosos claramente es una violación al Estado laico, actos que no fueron sancionados por la ley. “Si bien el Estado laico no fue cuestionado, al final, la sociedad mexicana demostró un avance hacia la secularización. Los electores no respondieron a un conflicto basado en símbolos religiosos”. La respuesta de la sociedad civil fue contundente: ya no votar por lo que le dicen sus líderes religiosos.