CHINA ACTUAL: RETOS Y CONFLICTOS

Como parte del Segundo Simposio de Estudios sobre China. Año del Dragón de Madera, la doctora en Ciencia Política y Social, Adriana Franco de la FCPy S de la UNAM, ofreció la conferencia África frente a la crisis de sobreacumulación asiática.

Explicó que la relación entre China y África es muy antigua y estrecha; tiene que ver con la ruta de la seda, la navegación por canales de Mozambique y el consumo en Asia del mijo africano; no obstante, esa relación se diluyó con la colonización europea.

En la época contemporánea, la presencia de China se instaura desde la década de los setenta, con la configuración histórica del capital que desarrolla estrategias de extracción de minerales, de personas y de capital para librar la crisis de sobre acumulación, que se evidencia con el alza de precios del petróleo. Las ganancias se colocan en bancos norteamericanos y el capital de esos bancos se pone en circulación a través de préstamos a países del sur; así se establece la lógica de la deuda, más que por necesidad de los países del sur, por la lógica de acumulación de los inversionistas.

La doctora Franco detalló que Asia no siguió estas reglas, pues estableció protección estatal a los mercados internos, lo que generó desarrollo y crecimiento económico distinto en estos territorios, y al mismo tiempo originó una crisis de sobreacumulación. Según el Banco Mundial, en 2007, China tuvo un crecimiento de 14.2% mayor que Estados Unidos y tenía que colocar esta ganancia en otro territorio, al igual que su industrialización y sobreacumulación tenía que colocar capitales. Por la internacionalización de capital interno, China debía expandirse y el continente africano se presentó como la opción.

China concentra el mercado, pues un tercio de las manufacturas mundiales provienen de ahí. La presencia militar en África ha crecido no sólo para cuidar sus industrias extractivistas, sino para garantizar el comercio mundial, por ello la primera base militar fuera de China está en África.

No podemos olvidar —indicó—, que la correlación directa entre consumo energético y el crecimiento económico de los países, está vinculada a la emisión de gases efecto invernadero, a la lógica ecocida y patriarcal. Por eso el interés de China por el petróleo que hay en Angola y Zimbabwe, así como por sus tierras de cultivo para garantizar alimentación. Todo este objetivo estratégico conlleva grandes obras de infraestructura, megaproyectos que tienen como moneda de cambio el control de riquezas, especialmente mineras, vinculadas a las energías renovables, que parecen limpias, pero terminan por no serlo porque implican extracción.

Subrayó que más que pensar en supuestas energías limpias, hay que cuestionar la manera en que realizamos el consumo energético.

Citó, como ejemplo, la zona de economía especial ubicada en Zambia, para la extracción del cobre, metal fundamental en las telecomunicaciones mundiales, donde China ha realizado obras de infraestructura cuyas ganancias son enormes, y en las que además de recuperar su inversión, obtiene ganancias por construcción del 30% y más altas.

China ve a África con una la lógica colonial, por la ubicación, para la extracción de riquezas y garantizar así su crecimiento económico y la producción de energía. Hoy los países con mayor inversión China son: Nigeria, Angola, Etiopia, Egipto y Argelia.

En su intervención, la doctora Indira Sánchez del Instituto Tecnológico de Monterrey detalló, que las rutas comerciales de Asia con África son antiguas, pues datan del siglo XIII y han sido muy importantes para el desarrollo comercial, especialmente del norte de África con la península Arábiga, por la ruta de la seda, los intercambios en la zona de Mauri, Mauritania y Marruecos, siendo Arabia el punto de conexión.

Marruecos, desde que se independizó, tiene un régimen capitalista que se focaliza en Francia y España. Es una monarquía con características árabes con fuerte relación con Arabia y Emiratos Árabes Unidos. Si bien tiene una relación con Estados Unidos, desde 1975 forma parte de un proyecto regional africano con países vecinos del gran Maghreb, zona más cercana a occidente y conformada por países como Marruecos, Mauritania, Argelia, Túnez y Libia, que no ha logrado su desarrollo por el conflicto territorial entre Argelia y Marruecos. Por el Sahara occidental de donde Marruecos obtiene fosfatos. Esta situación ha llevado a que el comercio entre los países de la región sea restringido.

Desde el periodo colonial abastecía de mercancías a Francia, lo que no ha cesado, por lo que actualmente existe un plan de acción de la política europea de vecindad donde Marruecos es socio prioritario.

Al ingresar a la Organización Mundial de Comercio, China comienza un avance paulatino en la región, de tal manera que ahora le compra el 12% de sus productos. Si bien Marruecos ha intentado entrar a la Unión Europea, esto no ha sido posible por el tema del Sahara, por eso estratégicamente amplía sus relaciones con Asia y trata de estrechar los lazos con el resto de África y crear, con estas alianzas, un espacio geoeconómico con la posibilidad de entrar a la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO).

La doctora Indira Sánchez planteó la hipótesis de que, ante el declive de Estados Unidos, en el periodo de Donald Trump, el reino marroquí diversificó sus relaciones comerciales con China, India y Japón, para fungir como intermediario en la política comercial asiática con el continente africano. No debemos olvidar —indicó—, que China fabricó las vacunas de Sinovac y Sinopharm en Marruecos.

Por otro lado, en el puerto de Tánger Med, se fundará una ciudad y una zona industrial de 200 hectáreas a las afueras del Tánger, que alojará 200 empresas chinas de las industrias aeronáutica, textil, automotriz y electrónica. Además, China invertirá en un tren de alta velocidad, que entrará hasta el Sahara occidental, así como una terminal de gas natural licuado, tres institutos Confucio, invertirá en infraestructura para vías de comunicación y reactivación industrial.

Marruecos ha modificado su geopolítica económica y comercial para construir un estado nación moderno. Francia y España han dejado de ser un aliado certero y la relación con Estados Unidos es sólo militar para garantizar la seguridad en el mediterráneo. Es el segundo país que más invierte en el continente al entrar a la carrera por los recursos. Por ello la diversificación con Asia es una estrategia para triangular las inversiones con África y consolidar la soberanía sobre el Sahara.

POR ANA ALEJANDRA VILLAGÓMEZ VALLEJO

Ana Alejandra Villagómez Vallejo, reportera desde hace 25 años en varias unidades de la UAM. Estudió el doctorado en Educación; la maestría en Desarrollo Rural; las licenciaturas en Ciencias de la Comunicación, y en Violoncello. Ha realizado investigaciones sobre educación y cultura, así como en medios de comunicación en zonas rurales y procesos de desarrollo comunitario. Directora de radio e investigadora para el Banco Mundial. Ha impartido clases en licenciatura y en educación media superior. Como intérprete al cello, ha realizado diversos cursos de especialización y participado en varias agrupaciones desde trío, cuarteto de cuerda, orquesta de cámara y orquesta sinfónica.

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