La Huella Hídrica (HH) mide la cantidad de agua utilizada para producir los bienes y servicios que utilizamos; es un indicador que nos permite saber cuánta agua ocupa, en su día a día, una persona, una comunidad o un país. Puede ser directa o indirecta, la HH directa indica el uso que la persona da al agua en actividades cotidianas como el lavado de manos, cepillado de dientes, tiempo que tarda en bañarse, etc.; la huella indirecta se refiere al consumo de agua que se utiliza para la elaboración de productos como comida, ropa, lavado del auto, consumo de energía, entre otros; explicó la doctora Judith Cardoso Martínez, miembro de la Subcomisión del Agua, de la Comisión UAM-I Sostenible.
La académica mencionó que con el objetivo de hacer consciente a la comunidad universitaria de la grave situación de escasez de agua que enfrenta México y, sobre todo, para que se sepa que cualquiera puede ser agente de cambio en el manejo del agua y no sólo los especialistas, se instaló en el pasillo de la entrada principal de la UAM-I un kiosco con computadoras para que estudiantes y comunidad universitaria en general llenaran un breve cuestionario electrónico que les permitía calcular su huella hídrica y así, saber si están consumiendo o manejando de forma adecuada el agua en la vida diaria.
El sistema que permite el cálculo de la HH también ofrece datos de importancia; por ejemplo, la elaboración de una playera de algodón consume aproximadamente 3,500 litros de agua; obtener 1 kg de carne de res implica aproximadamente 13,500 l, la HH para producir una taza de café es de 128 l, 250 ml de cerveza requiere 75 l de agua, producir 1 kg de azúcar refinada requiere alrededor de 1,500 l; esta información se entregó a los participantes, quienes, luego de obtener su HH, recibieron una serie de recomendaciones tales como comer menos carne a la semana y no consumir alimentos procesados, porque su producción requiere grandes cantidades de agua; en cambio, se pueden consumir frutas y verduras.
Otras recomendaciones fueron recuperar el agua de la ducha para utilizarla en el inodoro; cerrar el grifo al cepillarse los dientes; utilizar grifos e inodoros de bajo flujo, y secar la ropa al sol para ahorrar energía, ya que las plantas eléctricas usan mucha agua para producir electricidad, es el mismo caso para la producción de gasolina, por lo que es recomendable no usar diario el auto; además, lavarlo con pistolas de alta presión, ese procedimiento consume entre 40 y 50 litros por auto, mientras que la manguera convencional utiliza 200 l. También debemos ser menos consumistas en adquisición de ropa y utilización de botellas de pet.
En relación con la HH de las empresas, Cardoso mencionó que éstas tienen conocimiento de su consumo y las vías de solución, pero no toman acciones al respecto. La CDMX trata sus aguas residuales en la planta de tratamiento instalada en Atotonilco, Hidalgo; sin embargo, los negocios que utilizan grandes cantidades de agua como autolavados, lavanderías y centros comerciales no están recuperando ni reutilizando su agua, ello se debe a la ausencia de vigilancia adecuada y a la falta de exigencia legal. Cada lavandería debería tener su planta de tratamiento, es un proyecto viable, el problema es la inversión, que, aunque no es onerosa, las empresas requieren apoyo económico del gobierno.
Los investigadores de la UAM-I están haciendo su parte, continúa la académica. Desde el Laboratorio de Control de Calidad que dirige la doctora Cardoso Martínez se realizaron pruebas con una planta prototipo de tratamiento de agua instalada en una casa automotriz; el proyecto fue exitoso, pues demostró que se puede recuperar entre el 85 y el 90% del agua, esto es un gran beneficio, no sólo porque no se desecha agua contaminada, sino que ésta se reutiliza constantemente y a un bajo costo, ya que el prototipo desarrollado con tecnología UAM se realiza con material de desecho, lo que implica una inversión mínima.
Por último, la académica mencionó que tener agua suficiente y de buena calidad es un derecho de todo mexicano, está plasmado en el Artículo 4to. de nuestra Constitución. El agua es nuestra, debemos cuidarla, utilizarla con medida; el cuidado del agua implica trabajo conjunto entre gobierno y ciudadanía, la obligación es de todos.
