Camada de lobos con su hermano mayor, en el zoológico de Brookfield Chicago, EU.
Foto: Joan Daniels Tantillo
En México, el incremento de la frontera ganadera durante el periodo posrevolucionario ocasionó prácticamente la extinción del lobo mexicano a mediados del siglo XX, una subespecie clave en las sierras y pastizales que habitaba en el sureste de Estados Unidos y el centro-norte de México. Esta grave situación llevó a un acuerdo binacional entre Estados Unidos y México para el rescate de la variedad más pequeña y distintiva genéticamente de lobo gris.
La recuperación del lobo mexicano requirió de expertos que atraparan vivos a los poquísimos individuos puros que aún vagaban por la Sierra Madre Occidental, biólogos, veterinarios, ambientalistas, entre otros. Además, participaron instituciones de gobierno federal, estatal, universidades, organizaciones no gubernamentales e incluso compañías privadas, que desarrollaron un programa de conservación y recuperación largo y costoso.
El papel de los espacios de conservación de fauna silvestre (antes llamados zoológicos) ha sido preponderante para establecer las parejas reproductoras que, gradualmente, incrementaron la población existente, pasando de menos de una decena a unos cuantos cientos de individuos, que si bien no libera a la subespecie del peligro de extinción si la aleja de este fatal destino.
Al final del siglo XX y en la segunda década del siglo XXI comenzaron los esfuerzos de repoblación en EUA y México respectivamente, áreas de donde nunca debieron ser extirpados. En nuestro país, el estatus del lobo mexicano cambió de “Extinta en el Medio Silvestre” a “En peligro de Extinción”.
Ahora es posible oír, en algunos parajes remotos de la sierra, el aullido nocturno del lobo mexicano, sonido que nunca debió perderse y que demuestra la resiliencia del lobo, y también el éxito de los programas cuando son llevados en colaboración, con orden, estructura y pasión.
Bienvenido nuevamente el lobo mexicano a su tierra. La exposición El lobo mexicano se inaugurará el 2 de abril a las 14:00 hrs., en la Galería de Arte de la UAM-I y permanecerá abierta al público hasta el próximo 23 de mayo.
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María
de la Asunción Soto, Miguel Ángel Armella y Nalleli Lara.
Departamento de Biología, de la UAM Iztapalapa.
