Fotografía: Octavio López Balderrama.
“La Cama angosta” fue el primero de los varios poemas que Luis Miguel Aguilar (Chetumal, 1956) compartió con los asistentes al ciclo Poetas en el Patio, organizado por la Coordinación de Extensión Universitaria de la UAM Iztapalapa, actividad que busca acercar a la comunidad universitaria a la poesía a través de la lectura de poemas, en voz de sus creadores.
El poeta, quien también estuvo en los consejos de Redacción de La Cultura en México y de la Revista de la Universidad de México, y colaboró en los periódicos unomásuno, La Jornada, La Crónica y Milenio, expresó: “Es un privilegio, un gusto, un soplo de cariño el estar hoy en la UAM-I porque no sólo mi pareja estudió biología aquí, sino que además es profesora investigadora en esta Unidad”.
Siendo su poesía reflejo de sus vivencias, experiencias y añoranzas, comentó lo que vio siendo aún niño sobre la caza de una manatí, a través del poema “Ricardo, testigo”, donde de manera conmovedora describe la crueldad con que los hombres arrebataban la vida al pobre animal y el llanto que esta acción produce en ella: “La hembra llora como mujer. Y yo la oí”.
Recreó sus recuerdos infantiles con “La guerra de las piedras” y los desencuentros paternos con el poema “La venganza”. Desde ese poema recuerda o reconstruye lo que decía su madre: “Como esposo no le reprocho nada. / Como padre de ustedes: / Si en mi estuviera darle un vaso de agua / Que fuera la vida o la muerte para él, / No se lo daba”.
Otros poemas fueron “Sonoro cenote”, en torno al hermoso cenote Azul en Chetumal; “Pachequear con Isabel”, “Pelotero” acerca del béisbol o el referido a lo mucho que tienen que decir los nombres de los pájaros provenientes de la literatura, china, persa y de la India. Así como “Homenaje a Margarito Ledezma” y “Canciones de ojos” dedicado a cantantes y músicos invidentes que interpretan piezas donde está presente un tema central: los ojos.
Compartió, que entre sus poetas favoritos están T. S. Elliot, Ramón López Velarde, de quien más poemas sabe y le sigue sorprendiendo, pues consideró que es el centro de la poesía mexicana. La más grande poeta mexicana, sin duda, sor Juana Inés de la Cruz, y en cuanto a poemas reconoció el valor de “Muerte sin fin” y “Piedra de sol”.
Luis Miguel Aguilar consideró que en ocasiones la poesía no es comprendida en su tiempo. Tal es el caso de una antología de poesía popular mexicana realizada por él, de autores que en su tiempo no fueron famosos y que nunca se imaginaron que serían famosos y populares, como en el caso del autor del Himno Nacional. Recomendó a los futuros poetas acudir a talleres, pero lo más importante, dijo, es leer lo más posible. José Emilio Pacheco hizo breviarios de varios temas, entre otros: cómo acercarse al cine, al feminismo y a la poesía y muchos ejemplos fueron retomados del libro de Gabriel de Zaid Omnibus de poesía mexicana, que incluye no sólo la poesía culta, sino la popular, con ejemplos representativos de México.
El encuentro poético estuvo aderezado por la participación de Miguel Amín, miembro del grupo Rumanush, al violín, quien interpretó piezas en género de jazz y música balcánica.
El concurso permite cubanos.
Hola Julio César, el ciclo Poetas en el Patio, ahora se llama: De Todo un Poco en el Patio, si deseas participar leyendo tus textos contacta al maestro Raúl Gasca al correo: culturalesuami@gmail.com para mayor información.
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