Fotografía: Octavio López Balderrama.
La poesía es “una manera de crear una realidad distinta a la que vemos todos los días y una forma de hacer que el lenguaje diga cosas nuevas que puedan despertar el asombro e interés en el mundo”, así lo advierte la ensayista, traductora y poeta Blanca Luz Pulido, quien comenta a Cemanáhuac que su pasión por el lenguaje la llevó a estudiar inglés, italiano, francés y portugués, lo que le permitió encontrar vasos comunicantes con la poesía; aunque desde temprana edad se acercó al lenguaje poético, pues desde niña supo valorar los libros escolares, que antes sí contenían poesía, además de que su abuela y su madre, ambas profesoras, le acercaban otro tipo de textos: “Recuerdo El libro de oro, o, cien consejos para mis hijos…, que dedicaba una sección a la poesía, ahí me acerqué a este género”, mencionó.
En sus poemarios (Raíz de sombras, 1988; Estación del alba, 1992; Reino del sueño, 1996; Cambiar de cielo, 1998; Los días, 2003; Pájaros, 2005; Cerca, lejos. Antología personal (1986-2013), 2013; Poderes del cuchillo, 2015; Moonstruck, Lunática, Dark Light, 2023, entre otros), se descubre el asombro por los objetos cotidianos, los que a la vista de cualquiera parecieran banales: botones, libretas, bifocales, puertas, lápices; otros poemas recuperan sueños, vigilia y realidad, el mar, las aves y la libertad; también los efectos personales y su propio cuerpo se vuelven objetos que están cerca y lejos a la vez.
Los temas que Pulido trata no son sólo diversos, la poeta hila una temática con otra mediante el asombro: “Hay tantos asuntos interesantes en el mundo que nos rodea, lo que pasa es que no sabemos verlos, no sabemos asombrarnos, hay tantas cosas tan milagrosas, simplemente se trata de detenernos y mirarlas, entonces surge esa extrañeza de los objetos; realmente no nos espantamos de la noche, del día, pero son sumamente asombrosos; los animales, los pájaros, todo está muy conectado. Rilke, en unas cartas a un chico que quería escribir le dijo: ‘Si usted considera que su vida cotidiana es pobre, no culpe a su vida cotidiana, cúlpese a usted, que no es capaz de ver las riquezas que hay en el mundo’”. Así, los asistentes a la lectura en voz alta pudieron asombrarse de “Los poderes del cuchillo”, de “su poder de muerte”, que permanece dormido en una cocina, pero siempre es letal, porque “un cuchillo jamás es inocente”.