LA DEPENDENCIA HUMANA DE LOS ECOSISTEMAS: JOSÉ SARUKHÁN KERMEZ

“El cambio climático es un tema que atañe absolutamente a todas las personas, porque el hombre tiene una relación de dependencia total con la Naturaleza. Lamentablemente, en la lucha por conservar nuestros hábitats no hemos ganado nada, sólo hemos perdido, y nadie va a hacer nada por nosotros para el rescate, la conservación y la restauración de ecosistemas”, advirtió el doctor José Sarukhán Kermez al dictar la conferencia magistral “La dependencia humana de los ecosistemas”, que forma parte de los Foros Visión UAM-I, Cambio Climático.


Explicó el exrector de la UNAM que el ser humano recibe “servicios ambientales del capital natural” que se dividen en servicios de provisión o abastecimiento: alimentos, agua dulce, madera y fibra, y combustible; servicios de regulación: del clima, control de erosión, regulación de polinizadores, enfermedades y purificación del agua, y servicios culturales: estéticos, espirituales, recreativos y educativos. Los más importantes que recibimos son oxígeno, agua y alimentación. El otro servicio importantísimo que nos proporciona la Naturaleza es el de provisión de salud, no sólo el que viene de plantas medicinales.


El académico se refirió a que los sistemas ecológicos en equilibrio impiden las pandemias, la última que conocemos, no tengo que hablarles de ella, subrayó refiriéndose a la Covid-19, fue el producto de la fragmentación y de la pérdida de ecosistemas en el sureste de Asia. El proceso de deforestación trae consigo defaunación. Si las áreas se fragmentan los depredadores se tienen que mover; esto produce que haya una sobre producción de herbívoros, quienes acaban con la forestación, con eso muchas especies no pueden sobrevivir. Es una clase de fichas de dominó —explicó—, la última ficha que queda son los roedores, que sirven de vehículo a los patógenos que afectan al hombre, de ahí salen muchas de las plagas y epidemias que afectan al hombre, como la peste bubónica, que ocurrió cuando en Europa se acabaron los bosques, entonces el hombre tuvo contacto con las ratas portadoras de Yersinia pestis, bacteria que produce la peste bubónica.


La dependencia que tenemos de la naturaleza nos obliga a conservar estables los sistemas ecológicos, responsables de que los sistemas globales atmosféricos se mantengan en equilibrio; sin embargo, hemos dañado los ecosistemas a tal grado que estamos en riesgo de perderlos. El hombre lleva más de 200 mil años en la Tierra; en el periodo pequeñísimo que es de 1850 a la fecha, hemos hecho un cambio brutal al sistema de vida físico-químico-biológico que mantiene el planeta. Cuando surgió la Revolución Industrial se empezó a usar maquinaria para realizar el trabajo con fuerza emanada de combustibles fósiles, desplazando el trabajo de humanos y animales que utilizaban fuerza de energía solar. Ésa es la razón por la que perdemos los ecosistemas.


El académico fundador de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO), comisión intersecretarial creada en 1992, mostró mapas en los que se señalan las áreas de selva —desde tropicales hasta secas— que México tenía en 1800 y los comparó con cartografías actuales de los estados de Veracruz, Oaxaca y Chiapas, que eran los estados con mayor diversidad biológica, y ahora no tienen más del 2 por ciento. Sus selvas están convertidas en praderas y pastizales —advirtió—, hubo un proceso de transformación de la materia orgánica a través de las vacas que se alimentan ahí. Veracruz es un caso emblemático de deforestación, ha sobrevivido porque está arropado por México, pero si estuviera solo como una isla, sin mayor capacidad de apoyos, sería como Haití, país que ha sufrido las inclemencias de la Naturaleza por haber deforestado sus bosques para vender sus maderas y pagar así su deuda de independencia con Francia.


La información del patrimonio natural de México se tiene debido al trabajo de investigación que se realiza en la CONABIO, destacó Sarukhán. Esta comisión se sostiene de cuatro pilares, explicó su fundador: Bases de datos de ejemplares, de especies, catálogos y archivos de autoridad. Imágenes de satélite, cartografía electrónica, datos de vegetación, climas, infraestructura, poblaciones, etcétera. Herramientas estadísticas, analíticas y para extrapolación. Desarrollos bioinformáticos, redes de expertos nacionales e internacionales y ciencia ciudadana; todo ello da forma y consistencia al Sistema Nacional de Información sobre Biodiversidad (SNIB).


En sus inicios, esta comisión recuperó información de herbarios, museos y colecciones de todo el país y de instituciones de Estados Unidos y Europa; con esa contribución se construyó una base de datos con 42 millones de especímenes que están valorados taxonómica y geográficamente; los datos fueron recolectados por la comunidad académica, la CONABIO no tiene colectores, se apoya en las instituciones que hacen investigación. “La base de datos ha sido construida verificando los 45 millones de datos, especie y localización geográfica, hasta donde es humanamente posible, de manera que es la base de datos más confiable que existe de ese tamaño en el mundo, no hay ninguno otro, ni en Estados Unidos y menos que sea públicamente accesible y gratuita bajo un solo techo institucional, esto es realmente muy importante”, subrayó el biólogo.

La información geográfica es la otra parte más importante, la CONABIO se apoyó en el INEGI. La comisión tiene dos antenas y recibe información de diversos temas, como incendios forestales, el estado de salud de los ecosistemas de México, cuánta fauna original se conserva y, en general, los índices de conservación de la biodiversidad; también se tiene información marina. Esos datos permiten hacer predicciones de áreas de distribución potencial de una especie a partir de datos de especímenes de museo; análisis de riesgo a parientes silvestres por introducción de materiales genéticos; predicción del movimiento de especies según el cambio climático.


El objetivo de la comisión es ofrecer información que se utilice para la conservación de las especies y generar políticas de salud pública. La comunidad académica y científica que alberga la CONABIO ha realizado estudios y reportes que ninguna otra base de datos tiene, ni siquiera en Estados Unidos, reiteró el experto; la Comisión ha publicado 740 libros, muchos de ellos accesibles en el sitio web https://www.gob.mx/conabio. El experto invitó a estudiantes, académicos e investigadores a visitar esa base de datos que está al servicio de todos los ciudadanos y se puede consultar de manera gratuita

POR EDILBERTA MANZANO JERÓNIMO

Edilberta Manzano Jerónimo es doctora en Teoría Literaria por la UAM-Iztapalapa. Difusora de la obra de Severino Salazar Muro. Fue coordinara editorial del número 44 de la revista Tema y Variaciones, dedicada a la obra del escritor zacatecano, y de los Nueve Cuentos Selectos de Severino Salazar, publicados en coedición entre la UAM Azcapotzalco y el Centro Zacatecano de Cultura Ramón López Velarde. Ha participado en diversos congresos nacionales e internacionales en los que se discute la literatura mexicana y ha publicado un par de artículos en revistas literarias. Es reportera en el boletín Cemanáhuac desde hace ocho años.

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